Cómo bañar a un perro en casa
Antes de ponerte manos a la obra es importante que sepas que el número de baños que debes dar a tu mejor amigo depende de su raza, del tamaño que tenga, de su tipo de pelo y de las horas que pase al aire libre.
Dicho esto, veamos cómo bañar a un perro en casa sin morir en el intento y en apenas diez sencillos pasos:
1 – Compra un buen champú para perros
Los champús para personas, así como los jabones en general, pueden irritar enormemente la piel de tu peludo. Por eso es importante que te hagas con un champú especial para perros y que no abuses de este durante cada lavado.
2 – Cepíllalo antes de cada lavado
Cepillar a diario a tu perro es otra de esas rutinas que no debes saltarte ningún día. Recuerda pasarle el cepillo antes de cada baño para retirar tanto los pelos sueltos, como los restos de tierra y polvo que este haya podido acumular desde la última vez que lo lavaste.

3 – Si puedes, evita la manguera
Además de las incomodidades que puede generar la presión, el uso de la manguera supone un ingente derroche de agua. Lo recomendable es bañarlo utilizando un cubo, tus manos y, si lo deseas, un cepillo especial para perros con cerdas blandas, gordas y separadas entre sí.
4 – Lávalo con agua templada
Antes de empezar a mojar a tu amigo de cuatro patas asegúrate de que el agua no está ni muy fría ni muy caliente. La temperatura ideal para bañar a un perro es el agua tibia, ya que la fría puede resfriarlo y la caliente dañar su piel.
5 – Mójalo antes de aplicar el champú
Una vez tengas el agua en la temperatura ideal empieza a mojarlo empezando por el cuello y hasta que llegues a la cola. Empezar por la cabeza no es una buena idea, sobre todo si a tu perro no le gusta especialmente la hora del baño. Así que déjala para el último momento, que será cuando se encuentre más relajado.
6 – Empieza poniendo poco champú
Es mucho mejor empezar echando poquito e ir agregando pequeñas dosis a medida que veas que hace falta más que pasarte aplicando champú y tener que dedicar mucho tiempo y agua para enjuagarlo. En cuanto veas que empieza a hacerse un poco de espuma, deja de echarle.
7- Ten mucho cuidado al aplicar el champú
A la hora de aplicar el champú evita que este entre en contacto con sus ojos y que le caiga dentro de las orejas, ya que se trata de dos zonas especialmente sensibles. Para limpiar sus orejas por dentro lo mejor es utilizar un poco de algodón húmedo.
8 – No olvides las almohadillas
Aunque muchos dueños las olvidan es importante que dejes bien limpias tanto las almohadillas como el espacio que hay entre los dedos de tu peludo.
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9 – Enjuágalo bien
Antes de acabar asegúrate de que no queda ni el más mínimo rastro champú en el pelaje de tu amigo de cuatro patas. Enjuaga todas las veces que haga falta, ya que los restos de champú pueden provocarle ardor y picazón.

10 – Sécalo a conciencia
Cuando termine de sacudirse, busca una toalla y sécalo bien por todas partes. Si puedes -y te deja- ayúdate de un secador de pelo para ello. Si lo haces no olvides ponerlo en modo frío, evitar pasarlo cerca de sus orejas y mantenerlo a al menos dos palmos de su pelo.
Si tu perro tiene una especial aversión al baño te recomendamos que tires de mano izquierda y que, a base de caricias, palabras bonitas y algún premio conforme vaya cooperando, le ayudes a pasar el mal trago.
Si pese a todo, y tras muchos intentos, no consigues que este se deje lavar en casa no te quedará más remedio que ponerte en manos de profesionales cada vez que tu perro necesite un baño.