La rabia en perros, también conocida como rabia canina, es una peligrosa enfermedad viral que afecta al sistema nervioso de los canes y que puede llegar a ser mortal.
Un mal del que puedes proteger a tu amigo de cuatro patas, teniendo en cuenta las vacunas que necesita tu perro durante sus primeros meses de vida.
Al hacerlo no solo le estarás protegiendo a él, sino también a ti, dado que se trata de una zoonosis o enfermedad que cualquier mamífero puede transmitir a otro, incluyendo, claro está, a los humanos.
Dicho esto, veamos cuáles son los aspectos más característicos de la rabia en perros, así como los principales síntomas de este virus y los tratamientos de los que disponemos en la actualidad.
Cuáles son los síntomas de rabia en perros
El virus de la rabia canina suele comenzar a dar señales de vida entre la tercera y la octava semana de infección.
Durante la primera fase o fase prodrómica, que tiene lugar entre los primeros dos y diez días, es posible observar los siguientes síntomas:
- Nerviosismo por encima de lo normal
- Aislamiento excesivo
- Ansiedad descontrolada
- Fiebre
- Falta de apetito
- Vómitos constantes
- Diarrea repetitiva
Pasada esa primera fase, ya a partir de la segunda semana de contagio, la rabia puede manifestarse de forma furiosa o paralítica.
Cuando lo hace de forma furiosa es posible observar que el perro se muestra:
- Excesivamente agresivo.
- Especialmente irascible.
- Hiperactivo.
- Hipersensible.
- Insomne.
- Desorientado.
- Con exceso de saliva en la boca.
- Con cuadros de convulsiones.
Cuando lo hace de forma muda o paralítica se aprecia al can:
- Más cansado de lo normal.
- Con una notable dificultad al tragar.
- Salivando en exceso.
- Con la boca constantemente abierta.
- Confuso sin motivo aparente.
- Mostrando visibles problemas de movilidad en sus extremidades.
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El gran peligro en esta fase es que la parálisis acabe teniendo afección en el diafragma, ya que, cuando esto sucede, en la mayoría de las ocasiones acaba resultando mortal.
Qué hacer si mi perro muestra signos de sufrir rabia canina
A menudo resulta imposible estar atento a todos y cada uno de los movimientos que tu perros lleva a cabo cuando estás fuera del hogar. Por eso es importante que, cada vez que vuelvas a casa después de un paseo largo, y sobre todo cuando este sea fuera de la ciudad, examines a tu peludo a conciencia.
En caso de que observes alguna mordedura, arañazo o herida en su cuerpo o creas apreciar alguno de los síntomas mencionados en el apartado anterior, es imprescindible que acudas cuanto antes al veterinario para que examine detenidamente al animal.
De igual forma, si tienes la mala suerte de que durante una escapada al campo con tu can recibes el mordisco de un perro desconocido, un gato, un zorro, un mapache o un murciélago, no tardes en lavar tu herida con jabón.
Una vez lo hagas pon rumbo a urgencias con la mayor celeridad posible para ser examinado por un especialista médico que pueda confirmar o descartar el contagio del virus y proceder en consecuencia.
Por último, es recomendable que si te cruzas con algún perro o mamífero fuera de casa que muestre alguno de los síntomas de la rabia descritos más arriba te pongas en contacto de inmediato con las autoridades para que lo neutralicen y eviten posibles contagios.
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Tratamiento de la rabia canina
Desgraciadamente, a día de hoy todavía no existe ningún tratamiento para acabar con la rabia. Por ello, cada vez que un perro muerde a otro los centros veterinarios ponen en marcha un protocolo en el que se actúa como si efectivamente se hubiera producido la transmisión del virus.
Lo primero que llevan a cabo los especialistas médicos es un lavado profundo de unos 15 minutos con agua, jabón, povidona y sal yodada con el objetivo de impedir que, en caso de haber sido mordido por un animal con rabia, el virus no llegue al sistema nervioso central del can.
Una vez finalizado someten a una revacunación al perro a la que sigue un periodo de observación que puede oscilar entre los catorce y los veinte días, en función de la región en la que se produzca el altercado.
En caso de confirmarse el contagio por rabia canina se procede a la aplicación de inmunoglobulina antirrábica vía intravenosa y, finalmente, se somete al animal a un aislamiento de seis meses. Periodo en el que se va analizando la evolución de la enfermedad.
Es muy importante que sepas que, desgraciadamente, si un perro resulta infectado de rabia canina, se recomienda sacrificarlo. Si vacunas a tu perro y, en la medida de lo posible, evitas su exposición a mamíferos en libertad, esquivarás tener que verte en esa desagradable tesitura.
En Mi Nuevo Mejor Amigo siempre queremos lo mejor para tu perro y el resto de canes. ¿Todavía no conoces nuestro proyecto?