En los últimos años el interés por el comportamiento y la forma de aprender de nuestros perros ha ido creciendo, lo que ha traído consigo nuevos estudios científicos que ponen en el centro a nuestros más fieles compañeros.
Así, las técnicas de adiestramiento han ido evolucionando e introduciendo cambios basados en el estudio y la evidencia científica, aunque los métodos más convencionales se siguen conservando y utilizando hoy en día.
Entre los avances más importantes podemos destacar el estudio de los cambios fisiológicos que se producen en el cerebro de los individuos a la hora de aprender, y no solo el estudio de las conductas como hechos aislados que se dan a consecuencia de estímulos determinados. Además, ahora se tiene en cuenta que el aprendizaje no funciona igual en entornos naturales que en un laboratorio o en un entorno controlado.
Y ahora la pregunta importante y que todos/as nos hacemos: ¿Qué tipo de adiestramiento es más adecuado para mi perro?
Pues bien, esto va a depender de lo que más se adapte a tu forma de ver la vida y de la relación que tengas con tu perro. A continuación explicamos tres técnicas diferentes para que puedas determinar cuál encaja mejor contigo: adiestramiento tradicional, adiestramiento en positivo y adiestramiento cognitivo emocional.
Tipos de técnicas de adiestramiento canino
Adiestramiento tradicional
Este método de adiestramiento es el que se ha usado de manera habitual desde hace casi un siglo hasta hace pocos años y a día de hoy, muchas personas lo siguen utilizando para educar a sus perros.
¿En qué consiste realmente el adiestramiento tradicional? A grosso modo se basa en el castigo positivo, es decir, aplicar un estímulo aversivo para nuestro perro cuando realiza una conducta no deseada; y el refuerzo negativo, retirar este estímulo desagradable, cuando éste realice la conducta deseada.
¿No habéis visto nunca en vuestro barrio a perros con collares de pinchos o antiladridos? Pues estas herramientas son las que se utilizarían en un adiestramiento canino tradicional.
Lo que se consigue a través de este tipo de educación es que nuestro perro no actúe por motivación sino por miedo a ser castigado. Si tenías alguna duda sobre esto sí, existen estudios que demuestran que los perros sienten miedo también.
Por ejemplo, colocar un collar de pinchos al perro y dejará de tirar por miedo a que le den un tirón y le hagan daño en el cuello. ¿Pero realmente el perro está aprendiendo a pasear tranquilamente?, ¿o simplemente está dejando de hacerlo por miedo a ser castigado física y emocionalmente?
Este tipo de adiestramiento se ha utilizado durante muchos años por su rapidez a la hora de conseguir resultados y el control que se consigue, y de hecho se continúa utilizando esta vía de adiestramiento desgraciadamente. Pero… ¿Nos hemos parado a pensar a costa de qué conseguimos estos resultados?
Este tipo de adiestramiento busca el establecimiento de una jerarquía marcada en la relación con tu perro, donde el tutor tenga que actuar de “líder” por encima de todo, en lugar de buscar una relación equilibrada entre perro-tutor de confianza mutua y entendimiento.
La realidad es que este tipo de aprendizaje dura muy poco si no se realiza de manera continua y, lo más importante, no se crea ningún tipo de vínculo positivo con nuestro peludo, probablemente le infundas desconfianza y nuestro vínculo con él sea débil.
Además, hay que tener también en cuenta las posibles lesiones físicas que les podemos provocar a nuestro perro al utilizar herramientas aversivas (collares de ahorque, pinchos, eléctricos, etc).

Adiestramiento en positivo
Muchas escuelas de educación canina actuales utilizan este método de adiestramiento, el cual consiste en solucionar los problemas comportamentales de los perros reduciendo las correcciones para evitar comportamiento no deseados y buscando sus motivaciones para reforzar comportamientos deseados.
A diferencia del adiestramiento tradicional, el adiestramiento canino en positivo debe trabajarse en función de las siguientes premisas:
- Busca mejorar la calidad de vida de los perros a través del respeto y del entendimiento con el perro.
- Emplear refuerzos positivos: reforzar las conductas que queremos que el perro realice a través de un estímulo apetitivo (p.e. dar un premio cuando se siente).
- Ignorar y no reforzar aquellas conductas que queremos evitar.
- Emplear castigos negativos: retirar el estímulo apetitivo si realiza una conducta indeseada (p.e. dejar de jugar con el perro si me muerde fuerte).
Durante muchos años, ciertas vías de adiestramiento comercial han tratado de “solucionar” problemas de comportamiento a través de una vía fácil y rápida: las correcciones de comportamientos indeseados o castigos positivos como en el adiestramiento tradicional (p.e. si mi perro tira de la correa le pongo un collar de pinchos y dejará de hacerlo o bien le doy un tirón hasta que deje de hacerlo), dejando de lado los efectos secundarios que esto conlleva (estrés, miedo, ansiedad, bloqueos e incluso indefensión aprendida).
Las líneas de adiestramiento canino en positivo pretenden acabar con esta forma de educación canina, ofreciendo una forma de adiestramiento donde prima el bienestar físico y emocional del perro.
Adiestramiento cognitivo-emocional
En las últimas décadas, el estudio del comportamiento canino ha sido objeto de numerosos estudios científicos que han tratado de explicar cómo funciona la cognición en los perros, cómo piensan, cómo sienten y cómo aprenden.
Gracias a los nuevos descubrimientos, a día de hoy se han podido desarrollar nuevas técnicas de adiestramiento canino que van más allá del famoso adiestramiento en positivo del que tanto oímos hablar.

Este modelo de adiestramiento tiene un enfoque distinto, pero integral. Parte de la base de que los perros PIENSAN, SIENTEN y nos QUIEREN, y trata de potenciar dichas capacidades al máximo con el fin de construir una relación afectiva, de confianza y colaborativa con sus tutores.
A diferencia de otros modelos de adiestramiento, el método cognitivo-emocional busca la obtención de comportamientos adecuados en nuestros perros pero a través de una relación colaborativa, donde desarrollamos al máximo las capacidades de aprendizaje de nuestros perros y donde no le obligamos a hacer algo por pura imposición.
Actualmente se conoce que el aprendizaje y la conducta animal son procesos tremendamente desarrollados y complejos, motivo por el que se ha visto necesario cambiar el enfoque de adiestramiento en los últimos años.
Este método de adiestramiento, a diferencia del adiestramiento en positivo, analiza el comportamiento de nuestros perros desde 4 dimensiones imprescindibles a la hora de solucionar problemas comportamentales:
- Dimensión física: Hay que conocer cómo aprenden los perros, cómo piensan, cómo funcionan sus sentidos, cómo perciben las cosas…
- Dimensión cognitiva: Para educar a un perro, se ha de conocer cómo piensan y qué procesos mentales se ponen en marcha a la hora de aprender comportamientos novedosos o adecuados.
- Dimensión social: Los perros poseen grandes capacidades emocionales sociales, por lo que es imprescindible potenciar nuestro vínculo con ellos como herramienta principal a la hora de solucionar problemas de conducta. Debemos potenciar dicho afecto y aprender a comunicarnos de la manera más efectiva con ellos.
- Dimensión emocional: A diferencia de lo que se creía hasta hace relativamente poco, los perros sienten, tienen emociones, a veces incluso más complejas de lo que pudiéramos imaginarnos. Todo comportamiento que realice nuestro perro, parte de una emoción (positiva o negativa), y debemos conocer cómo las procesan.
En Ecaniaa, nos vemos reflejadas con este último método de adiestramiento, el cognitivo-emocional, siendo nuestro principal objetivo mejorar el vínculo de los perros con sus tutores y sus capacidades de gestión emocional, de cara a mejorar posibles problemas comportamentales.
Esta vía de adiestramiento, a diferencia del tradicional y del adiestramiento en positivo, NO busca erradicar los problemas de conducta concretos (p.e. que el perro deje de ladrar), ya que éstos son sólo una manifestación conductual del problema real, sino que trata de buscar el origen del problema a través de un análisis integral de su comportamiento: físico, cognitivo, emocional y social.
→ Quizás te interese: 8 motivos por los que ladran los perros.
Todas las técnicas de adiestramiento para perros tienen sus pros y sus contras, con esto no queremos decir que una sea más válida que otra, sino que cada una se basa en unas premisas diferentes y debemos saber cuál se adapta mejor a nosotros/as. Pero elijamos la técnica que elijamos, debemos utilizarla con conocimiento, respeto y sin dañar la salud física y mental de nuestros perros.
Como educadoras caninas y técnicas en gestión del comportamiento, creemos que lo más correcto es adaptar nuestro trabajo a los nuevos descubrimientos científicos. Es por ello que nos decantamos por el adiestramiento cognitivo-emocional.
Cuéntanos, ¿has utilizado alguna de estos métodos de adiestramiento con tu peludo? ¿Tienes dudas sobre cuál sería la más recomendable en tu caso?
Un comentario
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Entrene mis perritos en Perro Asistencia
Ha sido una gran diferencia en sus comportamientos, los noto más tranquilos y por lo tanto más felices.
El mejor consejo que le puedo dar a un dueño de perrito es que deben entrenarlos, esto les brinda orden y felicidad a su vida.